Dicen que existieron hace mucho, eran guerreros, sus armas no mataban ni herían, eran guerreros sin armadura, no sólo no la tenían sino que ellos mismos decían de sí mismos: "somos como un vaca si pellejo". Sensibles, porque la sensibilidad es la piel de la Consciencia. Fueron los precursores de lo que ahora está en plena expansión: la revolución consciencial.
Venimos de una mente y consciencia egóica, basada en la competición, la violencia, depredación y expolio, no sólo de personas sino de continentes enteros.
Los mismos que expolian la tierra, con nuestro consentimiento tácito, niegan el cambio climático y toda evidencia de destrucción expoliadora.
Pero somos muchos los que de forma silenciosa, humilde y serena hemos recogido el testigo de los guerreros Shámbala, nos dirigimos a una nueva humanidad, aún no sabemos qué parte de esa humanidad prevalecerá, la consciencia egóica o la que ya se expande como un huracán silencioso, no tiene nombre, ni forma, pero es sensible, empática, aborrece de las fronteras y depredaciones, duele y mucho, pero ese dolor nos mueve a la acción, lenta, silenciosa.
Como un ejercito invisible de guerrer@s no violentos subimos la empinada montaña.
Nos vemos en cualquier recodo del camino, probablemente no lleguemos a la cima, quizás otros lo hagan, pero habrá merecido la pena.
Sed felices o, al menos, intentadlo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario